¿Qué NO debe hacer una maquilladora ?

¿Como saber si tu maquillador se preocupa por la higiene a la hora de maquillar? Si no lo ves del todo claro y no sabes si lo que hace es normal o debes salir «por patas» antes de que empiece siquiera a maquillarte ¡te interesa este post!

Para empezar, no me creo la mejor maquiladora del mundo, incluso algunos de estos fallos he podido llegar a cometerlos en alguna ocasión por prisa, despiste o desconocimiento. (Experiencia y maquillaje, dos amigos inseparables)

Como en todas las profesiones hay mucho intrusismo, aunque creo que en esta, la de maquillador, ya es un despiporre. Cualquier chico o chica que se atreva a maquillar o que se pague un curso, ya es maquillador profesional y permitidme que os diga que no. El maquillaje es una profesión de la cual nunca dejas de aprender y que para empezar a dedicarte a ello, es mucho más fácil, empezar con una formación que se debe complementar con una práctica y experiencia cuanto más mejor.

He tenido clientas que se han sentado con miedo por lo que les esperaba, maquillarla, ese hecho que para mi es un rato placentero, para ellas en otras ocasiones había sido un martirio.

Estos son algunos pasos que los maquilladores con pasión, empatía y profesionalidad deberíamos llevar a cabo.

1. Brochas LIMPIAS!

Sigo escuchando e incluso viendo como hay personas que tienen la poca empatía de «ser maquilladores profesionales» y maquillar con unas brochas que prácticamente andan solas. Si ves esta señal ¡¡HUYE!!

Brochas que llevan meses y meses en un cinturón (también sucio) o que nunca se han limpiado. Cada persona tiene un tipo de piel con unas características, alta sensibilidad, grasa, sequedad, descamación, acné e incluso con algunas enfermedades como orzuelos o herpes, por favor, si no higienizamos bien el material de trabajo estamos exponiendo a cada una de nuestras clientas a un brote de granitos o a cualquier cosa!!

Al igual que las esponjas, esas esponjas blancas en forma de triángulo que ya han pasado a ser marrones y a desmenuzarse. Esas esponjas son de UN SÓLO USO.

2. NO Soplar.

¿En qué momento a alguien se le ocurriría soplar una brocha? ¿Y si se escapa una baba microscópica (o no tanto) a la brocha y posteriormente esa brocha va a tu cara? NO! Huye! Es tan fácil como dar un pequeño toque en el dorso de la mano contraria o un golpecito en la mano para soltar el exceso. Y mucho menos soplar en la cara a la clienta, por la misma razón, ¿cómo puedes controlar que al soplar un salga una babita voladora?

3. Usar desechables de mascara.

Yo me confieso totalmente enamorada de los gupillones de algunas mascaras de pestañas y su efecto, pero es una cochinada usar la misma mascara para muchas personas ¡sin usar un gupillón desechable!

¿Cuántos ojos con sus circunstancias puedes llegar a maquillar con una mascara? Queremos que la persona a la que maquillemos quede radiante y también que en los próximos días sus ojos no tengan una nueva infección.

4. Bastoncillos de algodón.

Obviamente limpios, de primer uso, hasta aquí es muy lógico pero he llegado a escuchar como la maquilladora chupaba un bastoncillo para corregir algo del maquillaje (>o< Socorro) Debe ser que los bastoncillos con babas son divinos y yo aún no lo sabía. Los bastoncillos normalmente se usan para corregir maquillaje, retocarlo o evitar que las lagrimas lo estropeen. Normalmente se usan secos o humedecidos en algún desmaquillante, no con babas.

5. Producto directamente del bote. 

Labiales, glosses, bases de maquillaje en crema o correctores sin dosificador… Más de lo mismo, maquillo a 20 personas en un mes con el mismo labial y no lo limpio entre persona y persona (también se puede coger una pequeña parte para no contaminar el producto) Gorrin@s

Alguna vez me ha pasado que por tener poco tiempo o cualquier problema yo he cometido este fallo pero posteriormente he limpiado el producto o directamente si no podía limpiarlo lo he regalado a la persona o lo he tirado (sobre todo con los herpes labiales)

6. Presencia, higiene personal y saber estar.

Esto es un poco de lógica. Oler bien, tener buena presencia, llevar las uñas limpias (ya sean pintadas o no), si fumas lavarte las manos para que no se quede el olor, no llevar demasiado escote (no todo el mundo quiere verte las «bubis»), aliento fresco…Pequeños detalles que hacen que el cliente confíe más en nosotros y se relaje, ya que le está maquillando un desconocido el cual tiene que acertar la forma en la que esa persona quiere verse mejorada, con su piel impecable, ojos de infarto…

7. Hablar demasiado.

Es cierto que establecer «cierta confianza» con el cliente, preguntarle cositas para que se relaje, por ejemplo, es beneficioso, pero cuidado con las confianzas. Es un cliente, no «la Mari del quinto», no atosigues a la persona con preguntas personales, puede que haya alguna clienta que no le importe, pero dudo que sea la mayoría. Eso y poneros demasiado cerca, a mi personalmente, es algo que me incomoda, tienes que acercarte, si, pero no pegarte al cachete…

Espero que sirva mucho tanto si sois clientes como maquilladores profesionales y me repito, no me creo la mejor del mundo, adoro aprender y las críticas constructivas, pero hay cosas que no se deben hacer si nos importa algo nuestra profesión y el cliente.